lunes, 7 de julio de 2008

El Objeto del Deseo


"Mis relaciones siempre han sido un fracaso, desde aquellas que ocuparon un buen espacio en mi alma hasta aquellas que últimamente han marcado la tónica: las furtivas, esas que no pasan de una noche y que con suerte han sobrepasado el umbral de una semana... A todas ellas, desde la más corta (5 minutos en un baño) hasta la más duradera ( 7 años, saldo: un corazón partido). A todos y cada uno les he entregado lo mejor de mí, y todos y cada uno de ellos, mis co- estrellas en las lides amorosas, se ha llevado con sigo un considerable trozo de este ajado corazón.

Sé que esto será distinto... tengo la extraña certeza. Una mezcla de excitación y esperanza... la verdad es que estoy ardiendo en este momento. ¡Basta de preámbulos! Me abalanzo sobre él sin suavidad alguna, sin juegos previos, sin "tequieros" ni caricias de rigor. Sin criticar a mi boca por posarse en donde en realidad quiere... Sin recatos, sin frases como "¿qué irá a pensar de mi?" o "¿No crees que vamos muy rápido?" ¡Basta de toda esa mierda! ¡Basta de prejuicios sexuales femeninos! Esto es puro placer, goce primigenio...

... Creo que nunca he sentido algo como esto, ¡ahora sé a lo que se refieren las personas con eso de "tocar el cielo"!... Tengo claro que no habrá paseos por la playa, ni cenas románticas, ni matrimonio con muchos hijos, ni una casa con cerca blanca con un perro de brillante pelaje corriendo sobre el césped... No habrá celebraciones de aniversario, ni peleas con reconciliación incluida... No habrá escenas de celos, ni juramentos de amor eterno, ya sean falsos o verdaderos... ¡Qué diablos! estoy dispuesta a cambiar todo esto por este momento de placer intenso... fantástico... dionisíaco... Nunca mi cuerpo se había enjugado de sudor de esta manera... ¡Me siento llena por completo, explorando puntos que ni siquiera sabía que tenía!... Ahora... lo siento venir... desde el fondo... lo siento venir desde mis pies, cruzando mis rodillas, atravesando mi bajo vientre, mi estomago, mis pezones, mi cuello... me recojo por completo en un estallido lento y paulatino, algo así como una "pequeña muerte"... Mi visión se nubla , mis oídos zumban...

De a poco comienza abandonarme, quitándome hasta la última gota de vitalidad y energía, dejando a mi cuerpo yacer ahí, lánguido, como un disfráz sin relleno... Ahí estoy, finalmente, tendida sobre mi cama, después de haber vivido la experiencia más placentera de toda mi vida; sin expectativas, sin futuras llamadas telefónicas, sin querer amarme siquiera, ahí está: en todo su esplendor y hermosura... mi amante... erguido aún, haciendo de mi velador su majestuoso trono... mi amante, mi semental de color rosa, mi hermoso amante de látex...

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