jueves, 7 de junio de 2007


Descabezados. O descerebrados. Esa es la sensación que me queda después de ver la tele o los titulares de los diarios. Me llama la atención, en especial, un pequeño recuadro de un periódico de tiraje nacional, en el cual se lee, en pequeñisimas letritas: "Vargas Llosa se refiere a la situación por la que atraviesa Cecilia Bolocco..." o algo por el estilo. Y la intención del escritor al referirse a esta soberana boludez que llena las páginas de la prensa en estos momentos, era precisamente a esta situación, a la cortina de humo formada en torno a este "suceso", ya que nadie parece darse cuenta de lo que se vive en Venezuela, con el cierre de Radio Caracas, o bien de otras situaciones que vienen extendiéndose durante años y que parecen no tener fin, como el calentamiento global o bien la situación Mapuche en Chile...
Solía pensar que la farándula y todo ese mundillo era pintoresco, liviano y hasta divertido (hasta cierto punto), y que de una forma u otra le entregaba un escape a ese notepuedesimaginarillón de personas que se ven agobiadas por la realidad y que buscan un alivio momentáneo en la "cajita de los huevones" (es la raja babear frente al televisor y evadir los ataos por un rato largo...) Pero esa percepción inocente se transforma cada vez más en una muy bien elaborada estrategia para mantener a la gallada con la cabeza en el bonito mundo del espectáculo, poniéndole el hombro o bien condenando a la chechi por el condorazo que se mandó, sintiendose cada vez más cercanos al acogedor mundo de los famosos... ¡No era tan inofensiva la farándula después de todo! Nos brinda una falsa sensación de información, cuando lo que en realidad genera es un "velo de la ignorancia" en las personas... Es mucho más fácil de gobernar (y de dominar e influenciar) una masa de gente que no tiene idea de lo que sucede a su alrededor, de sus derechos y deberes, ni siquiera de la cagada que están dejando en el mundo aquellos que se lo han adjudicado con el único fin de llenarse los bolsillos o de sentirse omnipotentes, casi semi dioses. Creo que es hora de parar un poco con el babeo frente al televisor, y de pensar un poquito en lo que he planteado... Si, lo admito, quizás tenga algún ribete un poquitín paranoide, pero al fin y al cabo el ser paranoide sirve pa' remecer las neuronas, a modo de ejercicio, pa' que no se entumezcan y nos convirtamos finalmente en seres descerebrados, o "zombies televisivos".

1 comentario:

Diego Lazo dijo...

Siempre he encontrado rancia a la Bolocco. Veo la imagen ochentera; las manos en su cara llena de felicidad y sorpresa. Chile y la reina de su dictadura.

Nada mejor para entender que pasa con nuestros medios.

Que estés bien. Se le echa de menos. Espero ir pronto a papaya city...

Saludos!